Apunta esto: La pausa que haces para pensar los versos, mejor no la uses para pensar que puedes poner apuntes del tiempo que usas para pensar los versos.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Escribe Rápido Ahora!!!

La Palabra y el Tiempo.

(Pudiste haber escrito algo mejor)

La Palabra
La Palabra es el rebobinado de la Palabra.

(Corta el verso)

La Palabra es el rebobinado
de la Palabra
La reversibilidad del tiempo.

(No lo compliques tanto)

(Reacomódate en el asiento, si era

el escusado, estírate, nalguea)

Habla
y dice, de nuevo
aquello que nunca

antes.

Y antes:

Deja de decir
aquello que repetirá
por primera vez luego.
Es el mismo único tal,

a través de su tiempo,

mediante su palabra,

arrepentido se retracta
y afirma lo que nunca dijo.

Se entiende, se entiende. No era más fácil decirlo de otra manera ¿O sí? Dilo, redunda, recula.

Habla
y desdice

(“desdice” ¿otra palabra más recurrida?)

Habla
y
1 espacio
2 espacios
3 espacios
4 espacios
5 espacios
6 espacios

Cuando he venido con intensión de tanto así.


Hablo, siento que
hay algo que se recupera
puesto que hablo.
Y no por el sentido vital

de decirlo,

sino por el sinsentido de no

decirlo….

O mejor haber escrito:

No hubiera escrito nada

Pero lo haces ¿verdad?

Entonces quizá lo que se puede decir

que tienes es un vértigo. Sí, siempre antes, antes,
quizá si sigues te vas a dar contra tu culo que escrito tiene en capitales que no has dicho
nada, o que repitiendo las cosas como lo haz hecho has perdido el
doble de tiempo, más aún, diciendo que repites
las cosas pierdes más tiempo aún más tiempo aún
más

Entonces, si ésta es la escena: Tú, sentado o parado pero sin la intensión mínima de llegar al momento de escribir. Quizá se trate de tomarte a ti mismo por sorpresa, Pero qué más da, arriésgate a ser descubierto, muévete rápido y agarra la pluma, como si nada, despista un poco, haz algunos rayones, la mayoría de las veces no te das cuenta, menos si escribes cualquier cosa

Un sauce, un amor, un perro,
un infierno, una paloma, una vaso de tequila,
unos zopilotes mojados, un sidral, una abeja,
un doctor, un matamoscas, un libro,
un medio litro de leche

(apaga el agua)

un café

“Ah” ¿verdad? Nadie, ni tú mismo reclama por ningún tiempo perdido, ni ostenta el heroísmo de un rescate. Y qué más da escribir cualquier cosa si de todos modos vas a escribir cualquier cosa o más aún callarte todo.

Entonces hay confianza. Y no hay reglas. Puedes traicionar tu propia obra en cualquier momento. Es sólo que siempre deseas una pizca de “Naturalidad”, de “Ideal”. Por eso, desear. Deseas.

Haz cuentas: Una hoja a la vez,

Una palabra después de otra,

Una letra antes y otra antes,

Por lo menos no puedes desescribir la obra. Es imposible. No es cierto, el tiempo sí es irreversible. Se puede borrar el tal supuesto aquel, pero el tiempo del mismo así está gastado ya. Por eso es mejor, me parece y de verdad me convence, que es mejor seguir pensando qué decir.

Cómo empezar de una buena vez.
Ya lo intentaste. (Baja aquí)
Andar a tu propio paso
te hizo tropezarte con tus propios pies,
Andar sin un destino,
te hizo girar en círculos.
Intenta ahora

perseguirte a donde sea que vayas.

(Pero consigue una pluma suave, veloz pues, que no canse, la pluma es como la bicicleta, la resistencia que opones con tu propio andar.

La pluma (bolígrafo), el bolígrafo es la fricción que tiene la misma así (que parece tener la misma si la suponemos así) Que tiene al escribirla, Fricción de signos materiales)

(Esto, por aquellos que empuñen el bolígrafo, porque de todos modos el teclado del ordenador es lo de hoy).

Habla un poco de ti,

“de aquel que persigues”.

Quizá si lo deduces, podrías adelantarte a ti mismo

y convertirte en el perseguido.

Soy hombre, duro poco,

O

Corazón empecinado en ser tú mismo,

O

Hay un pájaro azul dentro,

O

No soy la palabra en cuanto la digo,

Soy más bien el tacto

contundente

que martilla y en la palabra dice

“Sí, la cosa no existe, Sólo la palabra

a fin de cuentas,

es la cosa real que he palpado”,

O

Me llamo Eduardo,

O

Cogito, ergo… (qué tontería)

(Redacta):

Pienso, entonces puedo ser,
Soy, entonces puedo pensar,
Fui, entonces pude no-pensar,
Pensé, entonces pude no-ser,
Fui, entonces podré pensar,
Pensé, entonces podré ser,
Fui (Soy, Seré), entonces pude pensarme (Puedo pensarme, Podré pensarme),

Puedo ser: me puedo ser

Listo, suelto, al aire, cuenta o revisa las páginas que te faltan. Ahora dirán que no escribes sino para llenar espacios o hacer volumen. Que ni digan, todos lo hacen por lo mismo, Y el volumen es un triste gas o un humo, una cosa muy simple. De cualquier forma siempre hay espacio. Postula tu idea, Todo es de nuevo todo (nada, de nuevo), nietzscheano, despiadado, Ora: Siempre es el resultado de una paráfrasis maltratada en nombre de la originalidad, ay,, violento, Una novedad agotada, no, tampoco te pases, tampoco digas cosas sin sentido.

En versos.
Qué más da, (lee unas líneas anteriores)


(listo)
Qué más da

Mandar al diablo esto que postulas.

¿En cuántas contradicciones te han pescado ya?

¿En cuántas has colocado a los demás?

Eso es bueno, la contradicción. Tema fundamental.
Pero no te ocupes de ella y saldrá mejor, verás.
A ver, intenta ahora:

Mi talón.

Talón de mi pie izquierdo:

punta de mi pie izquierdo.

Talón de mi pie derecho:

punta de mi pie derecho.

¿A dónde voy
Me he dado cuenta de que si desisto

en perseguirme, dejaré de huir.

(Habla de un riesgo)

El riesgo es que cuando pare

exhausto,

no vea sino que me alejo. Inalcanzable.

Pero luego no eres tú el único perseguido.

no eres tú el único persecutor.

La Palabra y el Tiempo.

Piensa bien, esto puede ser bueno: perseguirte es perseguir lo que te nombra: la Palabra, en tantas otras formas: las Palabras. Ser perseguido es ser recortado: una ruta te está impedida: hacia atrás (nadie es atrás); luego terminas arrinconado o contra alguna pared, el Irreversible iguala y supera tu paso, pasas del lado de lo irrescatable y si alguien “adelante” te nombra… a ver…

Soy hombre, huyo lento,
y ahora no soy sino un signo
inmóvil, neutralizado en una

sola forma semiótica.


Soy hombre, huyo lento,
y a fin de cuentas soy
una huella de zapato

¿de qué marca?


Soy hombre, huyo lento,
y me llegará el momento de ser
pronunciado: esto es, ser
dejado atrás, impreciso
pero por no saber hacia dónde iba.


Soy hombre, hombre, huyo lento,
y saber el sitio en donde me
alcanzaron me permite
estar vibrado aquí,
a un paso del olvido.


Soy hombre, hombre, huyo lento,
y saber el sitio donde fui
alcanzado, me permite
recordar a dónde sujetarme
para no caer en algún abismo

hermenéutico.


Tengo un nombre, huyo lento,
del precio de mi nombre huyo,
al peso de mi nombre soy alcanzado,
en la inercia de mi dirección buscan

mis restos,

en las ruinas de mi aprehensión

soy sepultado.

Fui mi propio tiempo, soy una Palabra.
Soy un tiempo ajeno, una repetición.